Paisajes que pasan desde el fondo de las ramblas a los llanos y lomas y desde éstas a los escarpes y grandes alturas. Este es el entorno en el que se asienta la señorial localidad de Vélez Rubio, al pie del Mahimón, cabecera de comarca.
Cuna de culturas de la Edad del Bronce y del Cobre, en este núcleo se asentaron los romanos aprovechando que por él pasaba la calzada
que unía Cartago con Cástulo.
Especial interés posee en esta localidad la arquitectura doméstica y de casas señoriales que, en Vélez Rubio presenta distintas tipologías que van desde las Mansiones Señoriales con influencia barroca de
fachadas robustas y forja en balcones y ventanas, hasta las viviendas modernistas o historicistas de vistosa decoración y alegre colorido.
Las viviendas de los grandes propietarios de esta localidad hicieron que se creara un estilo propio, el llamado estilo clásico
velezano, de fachadas blanqueadas y sumamente simétricas, construcciones en las que se le daba el lugar apropiado a cada balcón y ventana.
El patrimonio de Vélez-Rubio se enriquece aún más si se tienen en cuenta los
yacimientos y restos de civilizaciones que alberga, así como los edificios religiosos. De los primeros son destacables los restos de
la fortaleza islámica del Cerro del Castellón, de la cual se conservan restos de una alcazaba y un aljibe interior.
La iglesia de la Encarnación, templo del s. XVIII, es el máximo exponente del barroco religioso almeriense. Fue declarada Monumento Nacional en 1982 y de ella destaca su fachada ornamentada, concebida como un retablo, coronada por dos altas torres cuadradas y el retablo interior con motivos rococó. El Convento de la Inmaculada y su iglesia también son buenas muestras del Barroco.